El bombardeo contra Penélope Cruz y Javier Bardem

Jorge Ángel Hernández

Un Despacho de Prensa anuncia que el productor estadounidense de origen judío, Ryan Kavanaugh, ha acusado al actor español Javier Bardem, y a su esposa, la actriz Penélope Cruz, de antisemitas e ignorantes. Días antes, el veterano actor John Voight, padre de Angelina Jolie, había arremetido contra la pareja con airadas acusaciones de antisemitismo, a lo que siguieron titulares que daban fe de que la pareja “matizaba” sus declaraciones. Bardem y Cruz aparecen como firmantes de una carta de condena al genocidio israelita en Gaza junto a más de cien personalidades españolas del arte y la cultura. Los “matices” de las respuestas de Bardem a la prensa se centraban en deslindar las acciones del ejército de las del pueblo en tanto los de Cruz aludían a que aunque ella no era “especialista” en el tema, pedía “que no la malinterpretaran”, pues no se consideraba antisemita.

Pero los bombardeos mediáticos se han hecho selectivos contra la pareja, ganadores ambos de Premios Oscar, y bien colocados en los índices de popularidad estadounidense.  Bardem alcanzó la publicitada estatuilla en 2007, por No country for old man, en tanto Penélope Cruz la recibió en 2008, por Vicky Cristina Barcelona, como mejor actriz de reparto. Este filme, de Woody Allen, fue el despegue de su visibilidad definitiva fuera del espectador hispano.

Kavanaugh, por su parte, ha asumido para sus acusaciones públicas el patrón de juicio oficial mediante el cual se justifica la agresión a partir del peligro de desaparición del Estado de Israel, y considera que esos ataques son actos legítimos de defensa. También las Redes Sociales de Internet han retransmitido imágenes y mensajes de usuarios que, a la vez que condenan los bombardeos israelíes, denuncian presuntos crímenes de Hamas. De modo que así se justifican los bombardeos de Israel contra la población civil de Gaza y pasan, involuntariamente, a formar parte del entramado que convierte el genocidio en un acto de defensa de la soberanía nacional.

Este es un momento importante de opinión internacional acerca del tema, y ha movilizado Organizaciones de incidencia global y opiniones que antes habían optado por evadir la esencia del asunto y se habían escudado en un inexpresivo lenguaje diplomático. De ahí que las declaraciones de Kavanaugh, coproductor de films tan taquilleros como Rápidos y Furiosos 6 (2013), 21 Jump Street (2012), Mirror mirror (2012), o Red Social (2010), entre muchos otros de la Compañía Relativity Media, se conviertan además en una acusación, un tanto maccartista, a un grupo de personalidades del arte cinematográfico estadounidense por no apoyar al que considera el mejor aliado de su país. Contradictoriamente, este productor señala que en muchos estudios de Hollywood se han mostrado furiosos por las declaraciones de la carta y consideran irresponsables e ignorantes a Bardem y Cruz, en tanto increpa al “silencio que estamos presenciando, en particular de la industria del entretenimiento, cuando Israel se enfrenta al mayor peligro de toda la historia”, al que comparó, en un tono apocalíptico muy propio de la industria del entretenimiento, con el “silencio que hubo cuando empezaron a surgir los campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial”.

No sé si Kavanaugh, o Voight, consideran un perfecto ignorante a Noam Chomsky, por ejemplo, pero lo cierto es que han salido a aplicar el bombardeo selectivo a dos figuras de aceptación y popularidad en los Estados Unidos, un poco para asumir la estrategia de amenaza y guerra preventiva contra otras figuras del ámbito de Hollywood, donde sería extremadamente incómodo un consenso que reconozca el carácter genocida de los ataques de Israel a Gaza.