Jorge Ángel Hernández
ELEGÍA POR LAS BALLENAS VARADAS
Ah, ballenas varadas en las costas,
impotentes al pie de su agonía,
anunciación del fin que nos espía
depredando el Planeta. Sus angostas,
rugidas madrugadas, son orgía
del usurero cruel de la noticia.
¡Cuántas bestias hermosas la codicia
subasta en su bazar! Nos queda un día,
una noche, un susto, un noticiero
de cavar en la tumba en que vivimos.
Morirán en las playas, y en las plagas
y en campana su grito justiciero.
Ah, ballenas varadas que perdimos,
metáfora de Dios en nuestras llagas.
SE DESHIELA EL PLANETA
Como cubos cansados de enfriar bienes raíces
los hielos se desprenden.
No serán nunca más la superficie inasible.
Llegarán las especies a invadirlos,
a pulsar sus calores y sus ritmos.
Se apresura el deshielo; cada año
vendremos a cambiar los calendarios,
a añadir a los meses comodines.
Hasta que el tiempo retorne hacia sí mismo
y sobre el esperar
y no quede otra opción
que el mandoble de lanzar cada hora a sobrevida.
El espectáculo paga y así vamos
a probar que el derrumbe es tan vulgar
que sus tomas de efectos especiales
no convencen al párpado alienado.
Se deshiela el planeta y lo servimos
en sorbos a la roca,
en gargantas sedientas
que lo van descolgando de su imagen.
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